domingo, 26 de septiembre de 2010

La carrera más corta de la historia

El pasado viernes 24 de septiembre a la 1.35h de la madrugada (vale, realmente era el sábado 25 entonces) decidí que me quería hacer estandapista. Ojo, no ha sido una decisión así al tuntún en plan capricho, que llevo tiempo pensando en ello. El año pasado por estas fechas conocí a una de las personas más hilarantes, sarcásticas, ácidas y divertidas que me he encontrado en la vida.  En su momento ya hablamos sobre escribir un texto juntos y llevarlo al Club de la Comedia o algo así, pero al final quedó en nada. Una pena. La alianza prometía.

Yo de mayor

Al día siguiente (ayer -bueno, antes de ayer-) el sábado 25 a las 13.40h empecé a darle vueltas a un texto que tenía preparado para subir al blog adaptándolo para monólogo: corto por aquí, añado por allá, un par de chascarrillos fáciles, otros más controvertidos, una pausa por aquí, un poco de complicidad con el supuesto público por allá, y lo tenía casi listo. A las 20h estaba dándole los últimos retoques. Estaba preparado. Debo decir que me parecía lo mejor que había escrito nunca (vale, el listón no estaba tan alto porque tampoco es que escribiendo sea la leche de soja en polvo, pero ya me entendéis). A la mañana siguiente, domingo 26 (esto es, hoy -coño ya, quiero decir, ayer-) hice un esfuerzo por madrugar y me levanté prontito (a las 12.20h) para aprenderme bien bien bien el texto, memorizarlo, buscar el lenguaje corporal adecuado, los silencios, énfasis, muecas y demás cosas que quedaban por pulir. Estuve practicando delante del espejo, intentando vocalizar bien, hablando despacio (los que me conocéis en persona ya sabéis que no se me entiende mucho cuando hablo, así en general, y que no se me entiende absolutamente nada cuando hablo deprisa, así en particular). A las 16.30h ya estaba preparada. Ay que nervios. A las 19h quedé con 6 amigos, 3 chicos y 3 chicas, todos ellos con cosas en común pero muy diferentes en cuanto a edad, aficciones, gustos, profesión, clase social, etc, porque me interesaba ver sus distintas reacciones. Les dije que fueran total y absolutamente sinceros respecto a mi actuación (o ensayo, o rato de jijijajá, como queráis llamarlo), ya que eran mis amigos y necesitaba su opinión franca. Estaba bastante nerviosa, pero venga, al toro. Total, ya me pasaba todo el día diciendo tonterías, esto iba a ser lo mismo pero con guión...

A las 19.30h acabé. No me di mucha cuenta de sus reacciones mientras yo estaba a lo mío, de pura tensión, así que ahora les tocaba decir lo que pensaban al respecto. Me había salido bien. Los ensayos habían ido a buen puerto. Estaba bastante contenta y hubo momentos en los que me reía yo misma de lo que iba diciendo, que realmente era muy divertido, en serio, lo digo de verdad. Vamos, que había triunfado seguro. Que bien. Por fin tantos años de rol payasa del grupo de amigos, de sandeces y tonterías con las que la gente se tronchaba, de palabrería ágil y mordaz, de mente rápida y despierta, iba a dar sus frutos, iba a servir de algo. Empezaría a ganarme la vida haciendo básicamente lo que he hecho siempre gratis. Que subidón y que alegria.

El problema ya os lo imagináis, claro. A a mis amigos no les gustó. A ninguno, que tiene tela de cuadro vichy la cosa. Del 1 al 10, entre todos hicieron una media de -4. No pudieron evitar sonreir por compasión en alguno de los chascarrillos+pausa para reírse, pero como les había dicho que fuesen totalmente sinceros, lo fueron para decirme eso también, que todo era fingido. El texto era banal, el guión flojo, los chascarrillos manidos, fáciles y obvios, los temas controvertidos no lo eran tanto y en general les hacía más gracia Pedro Piqueras echándose la siesta que yo. De hecho, en todos estos años de amistad lo de reirme las gracietas eran más por pena que por otra cosa... En realidad no les habían hecho nunca gracia mis comentarios que yo creía guais e irónicos y rompedores y aprovecharon el momento para quitarse el peso acumulado de tantos años de encima. "Pero te queremos igual". Pues vale. Pues muy bien. Parece que se ha quedado buena tarde.

A la 1.35h de hoy domingo (me rindo, de hoy lunes, que pesadez el am-pm) decidí que mejor me hacía inspectora de patatas fritas. Ese ha sido siempre el verdadero sueño de mi vida.

Yo de mayor

La carrera más corta de la historia

El pasado viernes 24 de septiembre a la 1.35h de la madrugada (vale, realmente era el sábado 25 entonces) decidí que me quería hacer estandapista. Ojo, no ha sido una decisión así al tuntún en plan capricho, que llevo tiempo pensando en ello. El año pasado por estas fechas conocí a una de las personas más hilarantes, sarcásticas, ácidas y divertidas que me he encontrado en la vida.  En su momento ya hablamos sobre escribir un texto juntos y llevarlo al Club de la Comedia o algo así, pero al final quedó en nada. Una pena. La alianza prometía.

Yo de mayor

Al día siguiente (ayer -bueno, antes de ayer-) el sábado 25 a las 13.40h empecé a darle vueltas a un texto que tenía preparado para subir al blog adaptándolo para monólogo: corto por aquí, añado por allá, un par de chascarrillos fáciles, otros más controvertidos, una pausa por aquí, un poco de complicidad con el supuesto público por allá, y lo tenía casi listo. A las 20h estaba dándole los últimos retoques. Estaba preparado. Debo decir que me parecía lo mejor que había escrito nunca (vale, el listón no estaba tan alto porque tampoco es que escribiendo sea la leche de soja en polvo, pero ya me entendéis). A la mañana siguiente, domingo 26 (esto es, hoy -coño ya, quiero decir, ayer-) hice un esfuerzo por madrugar y me levanté prontito (a las 12.20h) para aprenderme bien bien bien el texto, memorizarlo, buscar el lenguaje corporal adecuado, los silencios, énfasis, muecas y demás cosas que quedaban por pulir. Estuve practicando delante del espejo, intentando vocalizar bien, hablando despacio (los que me conocéis en persona ya sabéis que no se me entiende mucho cuando hablo, así en general, y que no se me entiende absolutamente nada cuando hablo deprisa, así en particular). A las 16.30h ya estaba preparada. Ay que nervios. A las 19h quedé con 6 amigos, 3 chicos y 3 chicas, todos ellos con cosas en común pero muy diferentes en cuanto a edad, aficciones, gustos, profesión, clase social, etc, porque me interesaba ver sus distintas reacciones. Les dije que fueran total y absolutamente sinceros respecto a mi actuación (o ensayo, o rato de jijijajá, como queráis llamarlo), ya que eran mis amigos y necesitaba su opinión franca. Estaba bastante nerviosa, pero venga, al toro. Total, ya me pasaba todo el día diciendo tonterías, esto iba a ser lo mismo pero con guión...

A las 19.30h acabé. No me di mucha cuenta de sus reacciones mientras yo estaba a lo mío, de pura tensión, así que ahora les tocaba decir lo que pensaban al respecto. Me había salido bien. Los ensayos habían ido a buen puerto. Estaba bastante contenta y hubo momentos en los que me reía yo misma de lo que iba diciendo, que realmente era muy divertido, en serio, lo digo de verdad. Vamos, que había triunfado seguro. Que bien. Por fin tantos años de rol payasa del grupo de amigos, de sandeces y tonterías con las que la gente se tronchaba, de palabrería ágil y mordaz, de mente rápida y despierta, iba a dar sus frutos, iba a servir de algo. Empezaría a ganarme la vida haciendo básicamente lo que he hecho siempre gratis. Que subidón y que alegria.

El problema ya os lo imagináis, claro. A a mis amigos no les gustó. A ninguno, que tiene tela de cuadro vichy la cosa. Del 1 al 10, entre todos hicieron una media de -4. No pudieron evitar sonreir por compasión en alguno de los chascarrillos+pausa para reírse, pero como les había dicho que fuesen totalmente sinceros, lo fueron para decirme eso también, que todo era fingido. El texto era banal, el guión flojo, los chascarrillos manidos, fáciles y obvios, los temas controvertidos no lo eran tanto y en general les hacía más gracia Pedro Piqueras echándose la siesta que yo. De hecho, en todos estos años de amistad lo de reirme las gracietas eran más por pena que por otra cosa... En realidad no les habían hecho nunca gracia mis comentarios que yo creía guais e irónicos y rompedores y aprovecharon el momento para quitarse el peso acumulado de tantos años de encima. "Pero te queremos igual". Pues vale. Pues muy bien. Parece que se ha quedado buena tarde.

A la 1.35h de hoy domingo (me rindo, de hoy lunes, que pesadez el am-pm) decidí que mejor me hacía inspectora de patatas fritas. Ese ha sido siempre el verdadero sueño de mi vida.

Yo de mayor

sábado, 18 de septiembre de 2010

Feliz aniversario para mí

Este mes ¡Ay, Su!, vuestro humilde blog, cumple un año. Quería daros las gracias a todos los que me leéis, bien seáis esporádicos o habituales, bien me tengáis en favoritos o halláis llegado aquí de casualidad. Agradecida y emocionada y todo lo demás.

Este blog comenzó hablando de generalidades para acabar siendo bastante monotemático... Tonterías, absurdeces, dobles sentidos, jijijajas y chorradas varias, que es lo que me gusta. Hay muchas entradas en la recámara que no se si subiré algún día, también hay muchas que he borrado porque dejaron de gustarme y varias ideas estúpidas que seguiré compartiendo con vosotros, así que permaneced en sintonía. Si me habéis aguantado un año podréis hacerlo otro más. Gracias. Gracias.

Esta fue mi primera entrada de presentación. Bien, pues ahora la primera foto que aparece en Google si pones ¡Ay, Su! es esta otra:

De señor chino a SJP, eso es evolución


Pero lo interesante es que la segunda es esta otra, correspondiente a la entrada "Duramente":

El cartel aparece esporádicamente en el súper de vez en cuando


También daros las gracias a los que me habéis inspirado ideas, a los que directamente me has habéis cedido, a los que me escribís diciéndome "tienes que escribir sobre esto que me pasó el otro día..." ¡Seguid así!


Feliz aniversario para mí

Este mes ¡Ay, Su!, vuestro humilde blog, cumple un año. Quería daros las gracias a todos los que me leéis, bien seáis esporádicos o habituales, bien me tengáis en favoritos o halláis llegado aquí de casualidad. Agradecida y emocionada y todo lo demás.

Este blog comenzó hablando de generalidades para acabar siendo bastante monotemático... Tonterías, absurdeces, dobles sentidos, jijijajas y chorradas varias, que es lo que me gusta. Hay muchas entradas en la recámara que no se si subiré algún día, también hay muchas que he borrado porque dejaron de gustarme y varias ideas estúpidas que seguiré compartiendo con vosotros, así que permaneced en sintonía. Si me habéis aguantado un año podréis hacerlo otro más. Gracias. Gracias.

Esta fue mi primera entrada de presentación. Bien, pues ahora la primera foto que aparece en Google si pones ¡Ay, Su! es esta otra:

De señor chino a SJP, eso es evolución


Pero lo interesante es que la segunda es esta otra, correspondiente a la entrada "Duramente":

El cartel aparece esporádicamente en el súper de vez en cuando


También daros las gracias a los que me habéis inspirado ideas, a los que directamente me has habéis cedido, a los que me escribís diciéndome "tienes que escribir sobre esto que me pasó el otro día..." ¡Seguid así!


domingo, 29 de agosto de 2010

No sin mi hija

John Marshall miraba impaciente su reloj. En unos minutos embarcaría rumbo a París. John, ex-agente de la CIA, repasaba mentalmente su plan de rescate... Habían secuestrado a su hija Rachel, de 19 años, mientras se encontraba de viaje de estudios por Europa. John se había enfrentado a muchas situaciones difíciles durante toda su vida debido a su trabajo, pero nada era comparable con el hecho de perder a su única hija, era algo que no iba a consentir. Había hecho unas cuantas llamadas a compañeros aún en activo y a sus contactos internacionales y tenía una pista sólida, Rachel había sido secuestrada por una banda de albanokosovares que se dedicaba a la trata de blancas. John había logrado dar con el domicilio particular de uno de los cabecillas de la organización, Ilbrahin Kulaj, en un barrio a las afueras de París, e iba dispuesto a repartir hostias como panes a todo aquel que se interpusiera en su camino.

Una vez en París, cogió un taxi y fue directo a la dirección que le habían soplado. Cuando llegó, observó el edificio desde fuera con cautela. El piso de Ilbrahin se encontraba en la sexta planta. Discretamente sacó sus prismáticos y vio si había alguien dentro. El piso parecía vacío, además era su día de suerte, justo el de al lado parecía abandonado, el cual le serviría como una perfecta base de operaciones.

John subió hasta la sexta planta, se cercioró que el piso de Ilbrahin estaba vacío y forzó fácilmente la puerta. Una vez dentro buscó alguna pista sobre el paradero de su hija, pero sin éxito... En esas estaba cuando oyó la puerta. Ilbrahim había vuelto. John salió apresuradamente al balcón y se dispuso a saltar al de al lado, al del piso abandonado, que estaba a metro y medio de distancia. Ya tendría ocasión de estar cara a cara con Ilbrahin Kulaj, ese sapo asqueroso, y se llevaría su merecido... John puso un pie en la barandilla, el otro, tomó impulso... Se resbaló y se precipitó seis pisos al vacío. Se estrelló contra la calle.

Fin de la misión de rescate.

No sin mi hija

John Marshall miraba impaciente su reloj. En unos minutos embarcaría rumbo a París. John, ex-agente de la CIA, repasaba mentalmente su plan de rescate... Habían secuestrado a su hija Rachel, de 19 años, mientras se encontraba de viaje de estudios por Europa. John se había enfrentado a muchas situaciones difíciles durante toda su vida debido a su trabajo, pero nada era comparable con el hecho de perder a su única hija, era algo que no iba a consentir. Había hecho unas cuantas llamadas a compañeros aún en activo y a sus contactos internacionales y tenía una pista sólida, Rachel había sido secuestrada por una banda de albanokosovares que se dedicaba a la trata de blancas. John había logrado dar con el domicilio particular de uno de los cabecillas de la organización, Ilbrahin Kulaj, en un barrio a las afueras de París, e iba dispuesto a repartir hostias como panes a todo aquel que se interpusiera en su camino.

Una vez en París, cogió un taxi y fue directo a la dirección que le habían soplado. Cuando llegó, observó el edificio desde fuera con cautela. El piso de Ilbrahin se encontraba en la sexta planta. Discretamente sacó sus prismáticos y vio si había alguien dentro. El piso parecía vacío, además era su día de suerte, justo el de al lado parecía abandonado, el cual le serviría como una perfecta base de operaciones.

John subió hasta la sexta planta, se cercioró que el piso de Ilbrahin estaba vacío y forzó fácilmente la puerta. Una vez dentro buscó alguna pista sobre el paradero de su hija, pero sin éxito... En esas estaba cuando oyó la puerta. Ilbrahim había vuelto. John salió apresuradamente al balcón y se dispuso a saltar al de al lado, al del piso abandonado, que estaba a metro y medio de distancia. Ya tendría ocasión de estar cara a cara con Ilbrahin Kulaj, ese sapo asqueroso, y se llevaría su merecido... John puso un pie en la barandilla, el otro, tomó impulso... Se resbaló y se precipitó seis pisos al vacío. Se estrelló contra la calle.

Fin de la misión de rescate.

martes, 24 de agosto de 2010

Karaoke customizado

Bien, todos conocéis esta canción:



Según veo, la letra, así a primera vista, habla sobre el deseo carnal mezclado con "el enanito verde de mi cabeza me dice que queme cosas". Ok. Pues os voy a contar algo. El año pasado recuerdo que sin querer metía palabras equivocadas en la letra cuando cantaba la canción. Metía palabras que no eran las correctas. Realmente no es que la canción me gustara especialmente, pero tenía algo de hipnótico, algo bueno y malo a la vez, algo raro que me hacía volver a ella en situaciones muy determinadas... Igual estaba cocinando unos filetes, y me acordaba del estribillo, y se me quemaban. O cuando alguien hablaba de panceta, me la imaginaba toda churruscada. O si me comentaban que qué guai que hemos hecho matanza en el pueblo, no se, me imaginaba al cerdo en llamas. Lo relacionado con comida quemada me recordaba la canción, pero ojo, no con una comida cualquiera, sino con una muy concreta... Vale, se puede entender, me diréis, la letra habla de un incendio, ok, pero aún así, no se, había algo que no me cuadraba... ¿Porqué comida quemada? ¿Porqué un tipo de comida relacionada con cerdo, cosas crudas, grasa? Menuda forma de darle vueltas a las cosas, yo que ya de por sí tengo una personalidad un tanto obsesiva compulsiva.

Lo que quería compartir con vosotros es que hoy, amigos, por fin, POR FIN, he descubierto lo que es, lo que hace que mi subconsciente recuerde la cancioncita de marras de vez en cuando y no de forma aleatoria. Hoy, después de un año uniendo piezas, todo tiene sentido de repente, todo cuadra, tantas visitas al terapeuta han servido de algo, porque por fin encontré la solución. Ya puedo cambiar de tercio. Ya puedo dormir tranquila. Gracias, dios (dios, ¿os acordáis de él? Mi perrito).

Realmente, esto es lo que procesa mi cerebro, esto es lo que entiende que dice la canción:
(aquí puedes poner el vídeo y cantar la canción con la nueva letra bien alto)

Tú SI sabes bien porqué
a pesar del EXTRACTOR mueres de calor
en esta habitación no se puede COCINAR
abres la ventana es mucho peor
hay BACON en el balcón.

Arden, arden LOS CHORIZOS y los PESCADOS
arden LOS RESTOS DE TODO TU ASADO
arden en llamas TODOS LOS PEDAZOS.
Arden, arden FILETES DE SALSA CUBIERTOS
arde MORCILLA AL DARLE MENEO
y las COSTILLAS que TRAJO EL MORENO

Porque esto es el incendio
Esto es UN INFIERNO
EL CHURRASCO EN UN incendio sin control

Aunque eches a correr
incluso lo que GUISAS es A LA BRASA, OH
como la luz del FOGÓN
ya no quieres FREIR MÁS
te gusta ver el humo en cada rincón
y el SOLOMILLO, pecador

Arden, arden LOS CHORIZOS y los PESCADOS
arden LOS RESTOS DE TU ASADO
arden en llamas TODOS LOS PEDAZOS.
Arden, arden FILETES DE SALSA CUBIERTOS
arde MORCILLA AL DARLE MENEO
y las COSTILLAS que TRAJO EL MORENO

Porque esto es el incendio
Esto es UN INFIERNO
EL CHURRASCO EN UN incendio sin control

Porque esto es el incendio
Esto es UN INFIERNO
EL CHURRASCO EN UN incendio sin control


Mi consejo de hoy es: Niños, no intentéis hacer una barbacoa en la cocina de casa. Niños, no intentéis hacer una barbacoa en la terraza de un piso. Gracias.