jueves, 8 de julio de 2010

Inventos de la humanidad: Hoy, máquinas expendedoras de cebos vivos

A mí, que soy de interior, hay cosas que me fascinan cuando voy a ciudades de costa... Ésto me dejó muy tocada y me causó graves pesadillas:


Ojos como platos. He aquí la máquina expendedora de cebos vivos. Los de costa me diréis que es algo muy común, pues bueno, pues vale, pero para mí, que soy fácilmente impresionable, ésto me parece cuanto menos inquietante.

Empecemos por analizar la foto de la máquina, por favor: "Cebos vivos 24 horas". En letras como de estreno de una peli de cine. Y si lo pone, es porque, no se, hay quien se va a pescar a las 3 de la madrugada, ¿no? ¿Eso puede ser? Quiero respuestas, quiero saber si es normal pescar a altas horas de la noche. Al parecer en ésta máquina en concreto hay 13 tipos de cebos diferentes a elegir según tus necesidades gusaniles. Ok. Me parece bien, cuanta más variedad mejor, no vaya a ser que después de comprarte los pobres cebos vivos no vayan a gustarle al pez del que estás dispuesto a apoderarte o le causes una grave indigestión antes de morir. Analicemos los peces de la foto también si os parece, en concreto el grande de la derecha con esa cara entre "coño, ¡un cebo vivo de los que me gustan y que no me va a causar una muerte lenta y dolorosa por diarrea!" y "coño, ¿me habré dejado cerrada la llave del gas?" que por otro lado tiene un reactor detrás que suelta un espeso humo amarillo fluorescente... De nuevo, amigos, necesito respuestas, necesito saber si los peces cuando van en pos del gusanito anhelado aceleran a la velocidad de la luz y dejan ese rastro, gracias. Pero... Sí, queridos, lo habéis adivinado... Lo más inquietante de la foto, lo que más más más desconcierto provoca, es que el cebo, ese pequeño gusanito rojo, lleva sombrero. "Cebos vivos 24 horas con todos sus complementos, de Mattel". Y ese pequeño gusanito rojo con sombrero tiene cara de felicidad, como si, eh, cuidado, que conmigo no va la cosa, yo estoy aquí sólo para la foto, poso y luego me vuelvo a casa con mi mujer ceba y mis hijos cebitos, yo soy una estrella, yo soy modelo de cebos vivos... Pobre ingenuo, no sabe que el pez grande turbo propulsado se lo va a cepillar.

Vale, ahora imaginémonos la máquina por dentro. No sé vosotros, pero yo me imagino una especie de corredor de la muerte con gusanos que han sido muy malos en sus vidas (ya sabéis, esos que te asustan de repente, que se te caen encima desde un árbol, que no se convierten en mariposas porque no les sale de los huevos, etc, ya me entendéis, los gusanos chungos, los que tienen bandanas en la cabeza, dicen hey bro con los brazos cruzados en actitud desafiante... Ah, no, vale, olvidad esto último, que los gusanos no tienen brazos) esperando el momento en que una mano humana aleatoria decida sacarlos de la máquina para atraer a algún pez que se tira pedos luminosos. En ese corredor de la muerte gusanil todos se hacen los machitos, como si la cosa no fuera con ellos, pero a todos, uno por uno, les llega su hora cuando menos se lo esperan (no olvidemos que un fulano puede comprar los cebos a las 4 de la madrugada si le viene en gana, y pillar al gansta gusano durmiendo y totalmente desprevenido).

A mí se me han puesto los pelos como escarpias, no sé a vosotros. No veo la hora de volver a toparme con una de éstas máquinas otra vez e investigar. Cuando lo haga traeré documento gráfico de los gansta gusanos y su realidad social, y la Milá hará un reportaje sobre lo que se cuece ahí dentro.

2 comentarios:

  1. en el corte inglés de castellana hay una máquina que te hace patatas fritas en el momento.
    están asquerosas, me encantan.

    ce.

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  2. grandes las máquinas. Pero dónde están cuando uno quiere echarse un gusanito a la boca!!!

    s.

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