domingo, 28 de febrero de 2010

Berberechos

La cosa es así: Estás en un hotel, y en el restaurante tienen buffet libre. Ves las bandejas con su comida variadita perfectamente cortada y alineada. Tienes los embutidos, con su jamón ibérico cortado a lonchitas y puestas una detrás de otra, una detrás de otra, cubriendo todo el fondo de la bandeja. Vaya un trabajo para el que tenga que colocarlo. De repente ves algo que te choca... Te acercas, te fijas mejor... Y encuentras una bandeja de berberechos. Ojo, no están sacados del bote tal cual y ale, como caigan caigan. No. Alguien, una persona física y humana, como tú y como yo, ha estado colocando los berberechos perfectamente alineados y por tamaños en la bandeja. Si. La gente se va acercando a la bandeja sin dar crédito (ni hipotécas, ni pensiones) a contemplar tal obra de paciencia a la voz de "Ohhhhhhh".

Y claro, a la gente le da pena deshacer la super bandeja de berberechos con una mundana cuchara. Nadie prueba los berberechos. Nadie podría destruir esa obra. La bandeja va directamente a la basura.

El hotel se lo pensará dos veces antes de volver a tener otra idea brillante como ésa.

4 comentarios:

  1. ¿Pero no te los comiste? Esto es equivalente al dilema de la última patata brava.

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  2. ¿Cómo puede pensar uno en comerse tal maravilla de la arquitectura culinaria? Se mira, pero no se toca.

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  3. A mi me hubiesen tenido q sujetar para no coger la cuchara y recrear un stunami con el liquido de los berberechos, jijiji, no, es broma.

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