jueves, 15 de abril de 2010

Cosas de chicas

Mi amiga Paula estaba dejándose crecer el pelo. Siempre lo había llevado corto y decidió que era hora de cambiar de estilo. Después de mucho esfuerzo consigió llevarlo por encima del hombro, en esa largura chichinabo en la que el pelo ni es corto ni largo. La cosa es que me contaba que esa largura de pelo era un coñazo total, que siempre se pillaba el pelo con el bolso, ya sabes, se colgaba el bolso en el hombro, y el pelo se le quedaba entre el hombro y el bolso, ¿se me entiende, no? Ok. Bueno, que se pillaba el pelo siempre, un montón de veces al día (que si dejas el bolso para tomar un café, que si lo recolocas en el hombro porque va resbalando, que si subes al bus y tienes que coger la cartera, etc), durante un montón de días, durante un montón de meses. La cuestión es que ella, que llevaba la raya al medio, notaba que el lado del pelo que se pillaba con el bolso iba siendo cada vez, digamos, menos frondoso. De los tirones contínuos se le estaba cayendo el pelo de forma bestial. Le dije a Paula que una de dos, o se lo cortaba, o empezaba a utilizar bolsos de mano. El pelo había crecido unos cuantos centímetros y ya no se lo pillaba tanto, pero estaba ese lado considerablemente menos poblado... Cada vez menos poblado... Y llegó un momento en que le quedaban cuatro pelos. Ay pobre. De un lado tenía un melenón increíble, que ya podíamos llamar largo, y del otro lado unos pelicos tristes y abandonados. Menudo percal. En fin, que Paula decidió hacerse la raya al lado, en vez de llevarla al medio, a ver si así cayendo el pelazo sobre los cuatro pelos se disimulaba un poco la cosa... Pero no. Empezó a hacerse la raya cada vez más baja, casi encima de la oreja. Imaginaros el rollo Anasagasti. Era Anasagasti en chica. Se lo decíamos, pero ella nada, a lo suyo. La gente empezó a llamarla Paulasagasta-oelpelo (ojo), y así se quedó.

2 comentarios:

  1. pobre paulaaaa!

    Lo de la largura del pelo es un coñazo, los puntos medios son matadores. Yo era de melena tipo playmobil y la única manera de conseguir que creciera hasta ser melena-rapunzel ha sido que mi peluqero se haya mudado de ciudad y me de miedo ir a otro y que me haga un estropicio.

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  2. Yo también soy un poco Paula la verdad, malditos medios! Digamos todos bien alto: TODOS SOMOS PAULA

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